Mi nombre es Ana

Y siento que de alguna forma llevo toda la vida en la búsqueda de mí misma, de mi Verdad.

Ahora sé que esa Verdad está lejos de lo que la mente me dice, crea y espera. Mi Verdad brota de una voz interior cercana al corazón que ha esperado con paciencia a ser escuchada.

En esta escucha curiosa he encontrado tesoros en forma de grandes aprendizajes vitales y ¡una vocación!: la de acompañar a quienes estén en el proceso de búsqueda de sí mismos y ya decidan por fin reencontrarse. Reencontrarse con toda su valía, su potencial y su Verdad, tomando la oportunidad de Ser los protagonistas de su Vida.

Mi nombre es Ana

Y siento que de alguna forma llevo toda la vida en la búsqueda de mí misma, de mi Verdad.

Ahora sé que esa Verdad está lejos de lo que la mente me dice, crea y espera. Mi Verdad brota de una voz interior cercana al corazón que ha esperado con paciencia a ser escuchada.

En esta escucha curiosa he encontrado tesoros en forma de grandes aprendizajes vitales y ¡una vocación!: la de acompañar a quienes estén en el proceso de búsqueda de sí mismos y ya decidan por fin reencontrarse. Reencontrarse con toda su valía, su potencial y su Verdad, asumiendo el reto de ser los protagonistas de su Vida.

La Verdad nos hará libres

Juan 8, 31

El comienzo de mi camino de Reencuentro

Me formé en Administración y Dirección de Empresas y tras terminar mis estudios trabajé durante 9 años en el departamento financiero de varias empresas multinacionales, hasta que llegó uno de los mayores desafíos de mi vida: la maternidad.

Durante los años de trabajo como financiera, las habilidades de organización, planificación y análisis de datos eran fundamentales para desempeñar bien mi trabajo. Me acostumbré a controlar y a “hacer” a un ritmo vertiginoso para ser lo más eficiente posible.

Así que parar el ritmo de una forma tan drástica para cuidar, observar, tener paciencia, confiar y no controlar absolutamente nada de mi día a día me generaba mucha inquietud.

La imagen que yo tenía de mí misma se empezó a ver comprometida ya que había pasado muchos años, desde algún momento temprano de mi vida, creyendo que mi valor se alimentaba de lo que hacía, olvidándome de buena parte de las cualidades de mi esencia que no eran “eficaces”.

Para mí era vital disfrutar del amor que sentía por nuestros hijos en armonía y paz, lejos del constante conflicto interno que vivía. Y me di cuenta de que en esta ocasión no servía mirar hacia otro lado como si no pasara nada, esperar a que la solución viniera de fuera o culpar a los demás de mi insatisfacción, sino que en mí estaba la oportunidad de hacer el cambio.

Aunque para mí fue la maternidad el momento en el que se abrió esta oportunidad, para cada persona puede darse por diferentes circunstancias: una separación o reestructuración familiar (un gran movimiento que en mi caso llegó años más tarde), un cambio de trabajo, de ciudad, la muerte o enfermedad de alguien amado o nuestra propia enfermedad. En realidad, no es tan importante la situación concreta que se presenta sino la vivencia interior de falta de armonía que se despierta en nosotros.

Es ahí cuando surge la llamada.

Las claves de mi reencuentro

TOMAR MI RESPONSABILIDAD

Para empezar, fue vital tomar la responsabilidad de mi propio proceso de reencuentro redirigiendo mi atención del exterior al interior.

Al comienzo esto no fue tan obvio para mí. Mi idea era mantener mi tendencia y esperar que los demás o las circunstancias cambiaran. Pero la sensación de impotencia era constante. Era como chocarme con una pared una y otra vez porque mantenía mi atención en algo sobre lo que no tenía ninguna posibilidad de cambiar: lo externo a mí, con la consiguiente pérdida de vitalidad que esto me provocaba.

PEDIR AYUDA

En aquellos primeros años de maternidad, a pesar de vivir un momento de caos y de sentir un profundo vacío reconozco que «tardé demasiado» tiempo en dar este paso. ¡Yo quería poder sola!. ¡Si hubiera sabido cómo se aligerarían las cargas y cómo se aceleraría la salida del sol entre tanta niebla habría empezado antes!. Pero eso es fácil decirlo después de vivirlo…
Me siento profundamente agradecida a las personas que han estado y están presentes en mi Camino, siempre han aparecido en el momento oportuno para acompañarme a dar el siguiente paso. Me han ayudado a profundizar, enfocar y sentirme sostenida en el proceso. En definitiva, a ir más allá y más segura.

Los tesoros re-encontrados

Los tesoros RE-encontrados SON abundantes y valiosos.

Esos tesoros son internos y están ligados a la dicha de Ser yo misma. Es una alegría que no depende de nada ni de nadie y nace de la Unión conmigo misma en ese reencuentro, de reconectar con la Abundancia de mi Ser.

Estas perlas se han ido haciendo evidentes y he podido disfrutarlas una vez que he ido soltando las emociones reprimidas, las creencias limitantes y los patrones repetitivos así como re-construyendo mi hogar interno desde mi Verdad.

Te comparto algunos de estos tesoros:

Las fortalezas, capacidades y valores que habitan mi Ser, mi fuente de recursos innata, que aspiran a expandirse mucho más allá de las limitaciones que la mente les impone. 

El poder personal que he recuperado al reconocer mi valía y dejar de atender responsabilidades que no me correspondían y que se habían convertido en cargas limitantes.

La confianza en mí misma, en los demás y en la Vida. Hoy es para mí una certeza que cada experiencia llega a mi vida para mi evolución. Confío en que tengo los recursos internos para vivirla. Confío en que los demás me ayudarán si creo que no puedo sola y se lo pido, y confío en la Vida que Sabe el camino y además confía en mí.

La libertad interior que se manifiesta en mi capacidad de elegir y de ser capaz de responder ante lo que sucede en lugar de reaccionar. Ha sido especialmente liberador para mi poner límites a mi autoexigencia, lo que me ha permitido salir del sacrificio y avanzar hacia la construcción de mi vida desde una mayor lealtad a mí misma, autenticidad y libertad.


La paz interna que se hace posible al vivir cada vez más en Amor y menos en conflicto.

Así, paso a paso, este proceso me ha permitido conquistar el amor más importante de mi vida: el mío propio. Desde el Amor a mí misma puedo construir relaciones en las que el respeto y la libertad viven acogidos por el Amor Incondicional, lejos de la dependencia que acostumbraba a vivir.

Y como gran sorpresa y precioso regalo de mi camino de reencuentro he descubierto ¡mi vocación!: mi pasión por acompañar a personas que asuman la responsabilidad de sumergirse en sus profundidades para ser los protagonistas de su Vida.

¿Te animas?

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Formación

A lo largo del camino he realizado un buen número de cursos de formación y acompañamientos individuales que me han ayudado a transformar mis experiencias más incómodas y dolorosas en grandes aprendizajes. 

Gracias a este recorrido hoy soy capaz de caminar más ligera, más libre y más en Paz, así como acompañar a otras personas en su proceso de reencuentro.

Aunque los conocimientos son importantes y se convierten en valiosas herramientas de comprensión y acompañamiento, creo firmemente que su integración en mi Presencia a través de mis propias experiencias, procesos de duelo y transformación es lo que ha hecho posible que el cambio se haya generado realmente en mi interior, mucho más allá de los meros conocimientos.

Estas son algunas de las formaciones que me han nutrido e inspirado en mi Camino:

Escuela Personalidad y Relaciones Humanas.

Me acompañó en el comienzo de mi reencuentro.
Me ayudó a darme cuenta de que no me conocía en profundidad, en esencia, y me permitió volver a la escucha de mí misma recuperando la escritura como medio principal de conexión conmigo.

Escuela de Biodescodificación práctica de Christian Flèche.

Este programa profundiza en la vinculación entre nuestro sistema físico, emocional y mental detallando los conflictos internos que pueden dar origen a los diferentes síntomas y enfermedades. Además, trata ampliamente la importancia de la flexibilización de nuestras creencias y la desprogramación de patrones transgeneracionales, entre otros muchos temas.

Escuela Le Passage, de Jean Guillaume Salles.

Cursos de Programación Neuro Lingüística sobre duelo, desvalorización y dependencia donde descubrí herramientas muy útiles para acompañar la transición del dolor a la paz en los procesos de duelo y para liberar las dependencias que podemos vivir y nos impiden elegir en nuestra vida.

Cursos Conoce tu Ser 1 y 2 con Jose Mari Sarasola.

Experiencias que a través de las que he vivido la reconexión con mi espiritualidad y me han ofrecido la comprensión de cómo funciona nuestro Ser en la unión de sus cuatro cuerpos: físico, emocional, mental y espiritual.

Curso básico de canalización en Escuela Espiritual Lar.

Curso intensivo anual en el que he podido reconocer y escuchar las energías de diferentes Seres de Luz con el apoyo de piedras, cristales de sanación.

Curso intensivo "el Amor no muere" en Escuela Espiritual Lar.

Encuentro holístico en el que fueron compartidas las bases del contexto Espiritual de la Muerte como:
- Mediumnidad y comunicación.
- Acompañamiento final y Ritual de Paso.
- Gestiones legales relacionadas con la Muerte.

Programa de formación de Acompañamiento en duelo y pérdidas graves por Bidegin.

A través de los diferentes módulos he reconocido y explorado:
- Qué es en profundidad el proceso de duelo , sus etapas y las necesidades relacionales que vive una persona en duelo.
- Las principales cualidades de la presencia en este acompañamiento con la sintonía relacional como base.
- Mi relación con propia mi muerte y mis pérdidas.
- Los matices de duelos específicos como los vividos por menores, personas mayores, por muerte por suicidio o por la muerte de hijos e hijas.

Curso de profundización en el campo energético en la Escuela Espiritual Lar.

Curso intensivo anual de profundización en los Rayos de poder y sus Elohines con el apoyo de piedras y aromas.

A través de esta experiencia he vivido una profunda transformación personal de una forma muy bella, así como reconocido valiosas herramientas para seguir escuchando mi voz interna y continuar nutriendo el acompañamiento que ofrezco.

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¿Nos conocemos?

Como en toda relación, como mejor podemos valorar si este es el momento de caminar juntos es conociéndonos.

Para ello, te ofrezco un Encuentro gratuito vía Zoom de media hora de duración en el que me podrás compartir cuál es tu momento presente, tus aspiraciones sobre el proceso y resolveremos todas aquellas cuestiones que te puedan surgir.

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