Un día me di cuenta de que le había dado mucho poder a mi mente. Una mente que a menudo me separaba de mí, de los demás, de la belleza y de Abundancia de la Vida.
Esa mente había desarrollado unos mecanismos de supervivencia que un día fueron útiles pero que ya me suponían una traba para Vivir, no permitían la expresión y expansión de mi Ser.
Y después del camino recorrido hasta hoy puedo vivir aquello que la Vida me ofrece en la medida en que la mente se rinde y «cede su poder” entregándose con humildad a la escucha y al movimiento de mi Ser, donde realmente late mi vida.
Y aquí comparto mi experiencia de qué puedo vivir cuando la mente es humilde:
Una mente humilde, con su serenidad, permite la libre expresión de toda emoción que vive el Ser a quien acompaña.
Una mente humilde atiende al corazón y lo reconoce como su guía.
Una mente humilde se rinde al Amor y deja del lado el miedo con el que a veces se enreda en una fantasía.
Una mente humilde no habla a través de juicios, no culpa a nadie ni a ninguna circunstancia y dirige la mirada hacia adentro y desde la responsabilidad impulsa la evolución el Ser a quien acompaña. A su ritmo, sin exigencias.
Una mente humilde acepta el movimiento que la Vida expresa momento a momento.
Una mente humilde se abre a la Vida sin esperar, confiando en que todo está bien y acoge con gratitud lo que la Vida entrega en cada instante.
Una mente humilde se flexibiliza para superar los límites que cree tener permitiendo el despliegue de las capacidades del Ser.
Una mente humilde permite que se desvanezca la ilusión de separación de mí misma, de los demás y de la Vida que a veces puedo sentir.
Una mente humilde permite vivir la inocencia y aporta su lucidez para acompañar las decisiones que me llevan a tomar acción en el Camino.
Una mente humilde valora la Abundancia del Ser y le ayuda a mostrar y expresar su luz, no la esconde.
Un mente humilde vive cada vez más tiempo en el presente dejando ir todo lo que habla de pasado o de futuro.
Una mente humilde reconoce que ese “no saber” inocente le da la oportunidad de vivir la sorpresa en cada momento y en ese «no saber» se sabe entregar a lo que el Ser sí sabe.
Una mente humilde me permite soñar para avanzar hacia la vida que me espera.
Una mente humilde me permite vivir en descanso para así vivir en Paz, en Unión conmigo, con los demás y con la Vida.
Una mente humilde me permite vivir humildemente, de forma sencilla, fácil y plena.
Una mente humilde es uno de los tesoros de nuestro reencuentro.
¿Qué te permite tu mente cuando es humilde?.
Estaré encantada de escucharte en comentarios. 👇🏼
✨Gracias por Ser Vida ✨
Una mente humilde está al Sevicio, da por el gusto de dar , se entrega a ese darse.;donde dar y recibir se convierten en un mismo Acto.
Humilde mente Nieves.
Gracias Nieves por compartir tu experiencia. Vivir la generosidad es muy liberador sabiendo en que «el Universo hace las cuentas», la Vida sabe, y nosotros con sentir, entregar y recibir contribuimos al flujo eterno de energía. ¡Gracias y hasta pronto!