A veces si nombráramos y pusiéramos una sobre otra las expectativas que nuestra mente genera podrían llegar a más allá de las nubes.
Todos esos “yo creía que…”, “me imaginaba que…”, “seguro que…”, “con “X” años yo…”, “ójala…”, etc. ¿Te suenan de algo? .
Las expectativas nos mantienen en la mente, en las posibilidades “inventadas” que hablan de un posible futuro elaborado por nuestras creencias, deseos e idealizaciones.
Y cuando en la realidad no encaja con lo que la mente con tanto tiempo y dedicación ha tejido quizá nos cueste aceptar la vida que nos espera, por ser muy diferente a lo que nuestra mente nos hizo esperar.
Por eso, hoy te propongo una práctica para dejar caer estas expectativas y así rendirte con mayor facilidad a la vida que te sí te espera en cada presente. ¿Te apuntas?
Para esta experiencia te invito a que tomes un tiempo y espacio de intimidad que te permita entrar en una calmada y profunda conexión contigo mismo, preparando el ambiente como sea lo más amable y respetuoso para ti.
También es importante que permanezcas atento a las sensaciones y emociones que vives en cada momento de este tiempo contigo.
Puedes cerrar los ojos e ir entrando en conexión con todos esos pensamientos que te hablan de la vida que esperabas, de la versión de ti que fuiste creando en los diferentes ámbitos de tu vida. Esas ideas que tu mente fue elaborando hasta hoy con dedicación y tiempo acerca de la vida que creía que te esperaba, de la imagen de ti mismo y de los demás, de cómo creía que serían “las cosas”.
Puede ayudarte hacerte las siguientes preguntas «¿cómo esperaba que fuera mi vida?”, «¿qué esperaba de mí mismo y de los demás?”
¿Preparado para dejarlas caer?
Vas a imaginar delante de ti una torre de piedras que se va construyendo con cada una de las expectativas que fuiste creando al mismo ritmo que las nombras y se va elevando a medida que vas conectando con todas ellas. Observas como va emergiendo esa torre y sigues imaginando cómo se eleva mientras sigan apareciendo expectativas en tu mente.
En el momento en que ya no lleguen más puedes dejar caer esa montaña de piedras y acoger lo que en ti se despierta con esa caída.
- ¿Qué has sentido al ver la torre delante de ti?
- ¿Ha sido posible para ti dejarlas caer?
- ¿Has encontrado resistencia para liberarlas?
- Si las has dejado ir ¿qué es lo nuevo que sientes en ti?
Si lo prefieres puedes hacerlo en la naturaleza apilando piedras que simbolicen tus expectativas creadas y luego tirarlas (¡muy liberador!), o escribirlas en papeles que luego quemes en el fuego.
Solo tú sabes cómo sientes hacer esta liberación, puedes elegir estas u otras maneras, la intención es que tenga sentido y sentir para ti y te permita vivir la ligereza que mereces para que una vez dejes ir la vida que esperabas puedas avanzar hacia la vida que sí te espera.
Si te apetece compartir tu experiencia, será un placer escucharte en los comentarios.
Gracias por dar vida a la Vida.
Yo pensaba, yo creía.. Para qué lo hacemos? Qué sentido tiene? Y si no las consigo, qué viene luego? Mejor no tenerlas? Estar aquí y ahora solo haciendo y fluyendo lo estoy a prendiendo. Es parecido a tener objetivos? Aveces aparece frustración y tristeza..
Gracias Ana.
Hola Teresa, gracias por compartir tus curiosidades. Una de las funciones que tiene una parte de nuestra mente es garantizar nuestra supervivencia y las expectativas las crea generando ideas que nos puedan hacer sentir una «falsa seguridad», de que eso va a ser la realidad y así estar en Paz. Sin embargo, mucho más de lo que la mente puede ser consciente la vida tiene sus planes y no siempre lo que esperábamos es lo que finalmente se manifiesta en nuestra vida, lo que nos espera es diferente y a veces muy distante a lo que esperábamos y de ahí surgen nuestras reacciones emocionales de frustración o tristeza. Por ello, siento que lo útil es atender a nuestras aspiraciones profundas, escucharlas e ir siguiendo el camino de nuestro corazón con flexibilidad y humildad, lo que nos ayudará a ir aceptando cada paso con mayor facilidad. En los próximos días publicaré en las redes sociales un video que recoge estas cuestiones. Muchas gracias por contribuir a darme la oportunidad de ampliar todo esto. ¡Un abrazo Teresa!. Si sientes añadir algo más, ¡encantada de escucharte y seguir profundizando!.