Nuestra evolución, nuestra transformación personal es un proceso.
Llegamos a “cambiar nuestra forma” de pensar, sentir, actuar cuando permitimos que las experiencias lleguen hasta nosotros, nos abrimos a las emociones y a todo lo que ellas nos despierten, tal y como este acantilado acoge ola tras ola.
Cuando algo nos sucede, cuando llega una ola, si nos damos un tiempo de escucha a lo que sentimos quizá tomemos consciencia de algo. Con ello quizá decidamos hacer algo nuevo y así, vamos flexibilizando nuestras creencias.
A través de esta transformación de nuestra forma de pensar y sentir en la siguiente ola, experiencia, que nos despierte algo similar seremos capaces de vivirla con una mayor suavidad, amabilidad y aceptación gracias a la humildad que ya ha conquistado nuestra mente.
Así vamos viviendo más en nuestra esencia, desplegando nuestro verdadero Ser.
Soy amante de los procesos, esta es una de las razones por las que acompaño eso: procesos no sesiones “sueltas”, al menos para comenzar:
- Siento que la magia de nuestra transformación, de nuestro bienestar nace del compromiso verdadero con nosotros mismos, ese que nos impulsa a hacer el camino real de vuelta a casa.
- Para ello precisamos de tiempo y profundidad para realmente crear esas nuevas versiones de nosotras mismas, más en nuestra verdad verdadera, más en esencia.
No solo es atisbar lo que eres y vivirlo un ratito, no solo es ver una posible solución a lo que te sucede sino que la aspiración es verdaderamente Ser en cada instante lo que realmente Eres.
Cuando se trata de tu vida ¿eres de buscar soluciones fuera o encontrar tus propias respuestas en ti?
Algunos de los aspectos que, en mi opinión, posibilita un proceso a diferencia de sesiones “sueltas”, a las que de vez en cuando acudimos cuando ya nos sentimos en un desequilibrio importante:
P rofundidad: paso a paso, sesión tras sesión vas re-encontrándote con lo que durante tiempo ha estado sin ser reconocido ni atendido. Ir más profundo te permite avanzar más ligera.
R esponsabilidad: ese compromiso contigo que te guía a vivir lo que Eres en esencia.
O hOgar interno: enraizando tu Ser para desde ahí habitar tu hogar interno y expandir tu poder personal.
C amino: vas trazando tu propia historia.
E scuchar- te a tu ritmo para atender lo que está presente en cada momento.
S abiduría interna: encontrando tus propias respuestas y confiando en ellas.
O portunidad de Ser tu mejor versión desde tu raíz, ¡pues comenzamos por ahí!
Y esto vivido de la mano de una misma persona acompañante para este tramo de tu camino, lo que garantiza que unos mismos principios sean cuidados dando coherencia a tu experiencia.
Si ya has vivido algún proceso de acompañamiento, cuéntame ¿cuál de los «formatos» de acompañamiento van más contigo, cómo lo has vivido?
¡Te escucho en los comentarios!
Gracias siempre por Ser Vida.
