El duelo, un proceso personal y único

Como todo proceso, el duelo es una experiencia personal y única.

Aquí hablo de duelo como una transición en la que vivimos dolor al dejar ir alguien o «algo» con quien vivimos un vínculo.

El proceso nos da la oportunidad de ir disolviendo el apego que podemos vivir en lo físico, en lo emocional, en lo mental y/o en lo espiritual hacia aquello que sentimos ese vínculo por cuya «pérdida» sentimos dolor y así poder ir recuperando nuestra calma y avanzar en nuestro camino de vida.

Sólo el cambio es constante” por lo que los duelos, cada uno con su concreta particularidad, son continuos en nuestra vida. 

Nuestros procesos de duelo pueden estar unidos a circunstancias diversas como el fallecimiento de alguien a quien amamos, mudanzas, cambios en las relaciones, la maternidad o paternidad, la jubilación , por ejemplo, y también a nuestro propio proceso de evolución personal en el que dejamos ir aquello que creíamos “ser” para avanzar hacia nuevas versiones de nosotros mismos.

A menudo transitamos nuestros duelos al mismo tiempo que otra persona que vive la misma situación que nosotros, sin embargo podemos vivirlo de una forma ligera o completamente diferente.

Podemos sorprendernos enjuiciando a los demás porque no sienten lo mismo que nosotros, no se comportan igual… cuando cada quien somos una persona única, con un vínculo y un sentir propio hacia aquello que nos genera dolor.

De la misma manera que nuestro dolor es legítimo lo es el de los demás. 

Recordemos que el juicio siempre distancia no une, añadiendo dolor a nuestros duelos, a nuestra vida.

Podemos darnos cuenta de cómo nosotros mismos vivimos cada duelo de forma diferente, pues en cada momento vivimos lo que sucede de una forma concreta.

Esto, entre otros razones, está relacionado con que a través de nuestra propia evolución los recursos que vamos desplegando nos permiten atravesar nuestras transiciones de una nueva forma en cada ocasión.

Una vez más, la estructura interna de cada persona es la que va a influir de forma determinante en cómo va a vivir ese duelo.

Por ello la invitación de hoy está precisamente dedicada al respeto en cada proceso de duelo como una experiencia personal y única. 

Esto significa sin juicio hacia nadie.

Y por supuesto sin juicio a ti pues nadie más allá de ti puede conocer lo que realmente sientes, vives y te duele independientemente de que la causa del dolor sea reconocida socialmente o por el contrario minimizada por las creencias de cada quien.

El que cada proceso de duelo sea un proceso personal y único indica que no hay una forma “correcta” de vivirlo, lo importante es que cada persona pueda avanzar en ese “dejar ir” aquello que le genera dolor, reconquistar de nuevo la paz en su corazón y la fuerza y ganas de seguir con su vida como se merece con su capacidad de amar expandida.

Recuerda que nuestra capacidad de amar se expande cuando el dolor se disuelve, este es el gran tesoro de la elaboración de un duelo: que el dolor logra su aspiración de transformarse en Amor.

Si leyendo esto reconoces alguna situación reciente en la que has vivido un duelo, ¿has podido respetar tu sentir y el de los demás sin creer que hay una forma “correcta” de vivirlo?.

✨Gracias por Ser Vida. ✨

3 comentarios en «El duelo, un proceso personal y único»

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